Nos jugamos, todavía, el mantener la categoría. Convendría remontar el average del partido de ida, pero tan sólo ganar también puede servirnos. Ellos cuentan con seis jugadores únicamente, nosotros tenemos diez, más Adiran que ha venido a vernos. Y además sabemos cómo van a defendernos...
Así pues, mis ideas son claras, aunque puede que no las transmita con la suficiente perspicuidad, dado que sobre el campo se hace algo diferente de lo hablado en el banquillo. Por una parte se comenta qué hacer contra la defensa mixta que sabíamos que Bidegintza iba a plantearnos (aunque no la esperaba tan pronto), y por otro lado comenzamos defendiendo de manera más 'entusiasta', o así lo esperaba al no refugiarnos en una zona esta vez.
La defensa no nos ayuda demasiado, y nuestro ataque es un total desastre. No cumplimos las sencillas explicaciones dadas al inicio del encuentro, y ni tan siquiera desarrollamos las jugadas que ya sabemos (o se supone que deberíamos saber), que con un poco de perspectiva se me antoja que eran más que suficiente para vencer a una defensa que ya a estas alturas no resulta sorpresiva.
En ciertas fases del partido optamos por defender a Bidegintza con su misma defensa. Parto de la base de que defender así no significa necesariamente que sepan atacarla. Y más o menos resulta ser cierto, aunque ahí es cuando uno de nuestros jugadores se va 'tragando' una y otra vez los bloqueos de Bidegintza para facilitar el ataque de su jugador más peligroso, el número 11, y que sólo de vez en cuando sus compañeros van avisando.
Esta defensa que pretendemos no resulta sólida, en tanto en cuanto la falta de comunicación entre compañeros en los bloqueos, y la ausencia de cambios defensivos (que no habíamos trabajado en absoluto) hace que el jugador 11 siga recibiendo el balón, y la falta de intensidad sobre el otro de sus anotadores, el número 5, hace que juegue con más comodidad de lo aconsejable. Así pues, con Bidegintza basando su anotación en apenas dos jugadores, y con nuestro ataque en estado de shock, por mor principalmente de un equipo indisciplinado como tal, la diferencia en el marcador iba creciendo.
Al descanso, 19 puntos en contra, que fueron decisivos. Así mismo, una diferencia desfavorable en faltas de 13-8. Al final del partido, la diferencia fue de 18 puntos, y en faltas de 27-18, también desfavorable. Teniendo en cuenta la intensidad defensiva visitante, y sobre todo los contactos producidos que de ésta se derivaban, resulta sorprendente que según el árbitro hiciéramos nosotros más faltas que el equipo visitante. Me parece inaudito el arbitraje que 'sufrimos' nuevamente, y que para colmo nosotros debemos pagar económicamente, al ser el equipo local.
Con esta derrota se consuma, matemáticamente, nuestro descenso de categoría. Han sido muchos los problemas que hemos debido afrontar esta temporada, y pocas las soluciones prácticas y reales aportadas para subsanarlos.
Con esta derrota se consuma, matemáticamente, nuestro descenso de categoría. Han sido muchos los problemas que hemos debido afrontar esta temporada, y pocas las soluciones prácticas y reales aportadas para subsanarlos.
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