viernes, 26 de abril de 2013

Baloncesteando bajo la lluvia

Águilas Salesianos 39  Parque Bilbao 33
Hoy jugamos al descubierto. Y hoy está lloviendo...
Llegamos al campo lloviendo, calentamos lo justo, que no apetece mojarse. Y además, y más importante, no apetece correr riesgos. Comentamos que en el campo cubierto están jugando un partido de cadetes, y que quizá podría haberse jugado ese partido un poco antes para dar cabida al nuestro en ese campo cubierto. El entrenador local nos dice que el colegio no les permite adelantar la hora de las chicas, así que a nosotros nos toca jugar bajo la lluvia sí o sí.
Hay quejas por el campo, por la lluvia, y sobre todo, por el riesgo a lesionarse, lo que no apetece a nadie, y a los asalariados menos todavía. Porque hay gente que trabaja en nuestro equipo, la mayoría, porque a buen seguro hay trabajadores también en Águilas.
Podríamos debatir sobre la cuestión de si campo cubierto o campo descubierto, pero me da tanta pereza... Es un tema con el que me he llegado a hastiar, y sin que esté nuestro equipo de por medio, así que ahora que somos nosotros los que jugamos bajo la lluvia... Sí que me resultan curiosas, cuanto menos, las 'románticas' argumentaciones que vi reflejadas en cierto foro, en las que se decía que todos hemos jugado en campos descubiertos, y bajo la lluvia, por lo que qué sentido tiene ahora quejarse de jugar un partido federado en tales condiciones. También se decía que no todos tienen las mismas posibilidades que otros clubes para poder jugar bajo techo. Se añadía que si bien los equipos visitantes se quejan de las condiciones del campo, el club local juega y entrena ahí durante toda la temporada. Y se complementaba esta retahíla de argumentaciones con algo, a mi entender, más tajante si cabe. Que el jugar bajo lluvia en un campo descubierto no implica mayor riesgo de lesiones, puesto que se juega con más cuidado, teniendo mayor peligro un campo cubierto con una zona húmeda, a causa de goteras, por ejemplo.
Tras un considerable suspiro, aunque imperceptible para el lector, ya no sé muy bien si todos esos argumentos son perfectamente válidos; lo que si capto es un considerable esfuerzo por buscar razonamientos sensibleros que ayuden a mitificar tiempos pretéritos. Es decir, también yo jugué, y bastante bajo lluvia, también retransmitían dos cadenas tan sólo en las televisiones, no había móviles, ni metro, vestíamos de otra manera, usábamos zapatillas de tela para jugar a basket, etc., etc. ¿Acaso los defensores a ultranza de los campos descubiertos juegan a basket con zapatillas de ese tipo, pasan de las comodidades actuales, no compran camisetas de equipos nba, etc., etc.? ¿Por qué no?
Entiendo que el club Águilas, con tantos equipos no pueda permitirse el jugar a cubierto todos los partidos. Entiendo que sus equipos senior no puedan pagar un lugar donde jugar sus partidos a cubierto. Lo que no comprendo es porqué los demás equipos sí lo hacemos, por qué los demás sí podemos.
En ocasiones, cuando algunos han comentado que en Águilas padecen más las inclemencias meteorológicas, puesto que juegan allí toda la temporada, me han dado ganas de organizar una colecta para que no tengan que seguir jugando allí. Pero no creo que esa fuera una solución. De hecho recuerdo hace unas temporadas en que Colegio de Abogados ofreció pagarles un campo para su partido con ellos, y desde el equipo de Águilas se negaron. No sé si lo tomaron como una afrenta a su orgullo, o como una oportunidad para ganar a un equipo de veteranos que no querían mojarse.
Y, respecto a lo del riesgo de lesiones, sí puede ser. Si vas más despacio tienes menos opciones de lesionarte, aunque yo me he caído en suelos mojados a lento paso, pero claro que yo soy muy patoso. Si juegas lento, si no saltas por el rebote, si no defiendes para no caerte, si no cortas... O sea, si juegas a baloncesto al ritmo del caracol puede que no te lesiones. En cambio, si hay una gotera en el pabellón es lógico que la pises a gran velocidad por supuesto. Y por si no se ha entendido este ejemplo, y hay que explicarlo aún más, yo prefiero ir por una carretera donde tenga que aflojar la velocidad en un punto por algún problema del asfalto (llamémosle gotera del pabellón) que por una carretera en día de lluvia, en la que toda ella esté mojada (llamémosle jugar en campo descubierto). Y en ambos casos tendría que circular con precaución (riesgo de lesión), pero no compito contra la carretera (contra otro equipo) y se trata de llegar (no de ganar y de intentar jugar a baloncesto).
Seguramente estos contrazonamientos no sean suficientes para hacer pensar a los románticos del baloncesto antiguo que no pueden permitirse jugar en un lugar cubierto. Sí, los raros somos todos los demás que sí podemos.

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