viernes, 26 de abril de 2013

Manu sin condiciones

Águilas Salesianos 39  Parque Bilbao 33
Y respecto al partido, estuvo condicionado por la lluvia. Condicionó nuestra defensa, condicionó el agarre del balón, condicionó nuestro tiro exterior, aunque por otra parte tampoco hubiera sido mucho mejor en seco, condicionó y mucho el porcentaje de tiros libres... Y también condicionó el ataque del equipo local, quienes no sacaban ventaja de sus jugadas con doble bloqueo sobre un jugador exterior, quien para cuando llegaba a su posición por mor de las condiciones del campo, ya no tenía tal ventaja; y condicionó nuestro ataque, pero a mejor, puesto que al no poder correr, los sistemas ofensivos los hacíamos con un timing adecuado a nuestras características. Increíble pero cierto. Y condicionó el uso de las manos y brazos defensivos de Águilas, que fueron unos cuantos, sobre todo en la segunda parte; aunque esto posiblemente hubiera sido igual sin lluvia.
Y también fue condicionante la red de uno de los aros, que no tragaba bien el balón, dejándolo enganchado; momento en el que 'casualmente' el equipo local aprovechaba para hacernos presión, una irrisoria presión por cierto. Supongo que tampoco un club como Águilas puede permitirse arreglar una red de un aro, porque claro ya sabemos que no todos los clubs tienen las mismas condiciones económicas, y que bla, bla, bla. Me comentaban que esa red estaba así desde hacía algún tiempo, cuando otro equipo de otra categoría había acudido allí a jugar y se había encontrado el mismo problema.
 
Sin embargo, la lluvia no condicionó a un todo terreno que ha jugado en estas circunstancias adversas muchas veces en su dilatada trayectoria de jugador, a una persona que nuevamente, y ya van un montón, nos ha demostrado que su calidad no la para ni la lluvia en un campo como ese, a un Señor Jugador que tuvo que tirar del carro una vez más, y lo hizo con una clarividencia y una rotundidad que uno no puede menos que quitarse el sombrero (metafóricamente hablando, porque pocos sombreros quedarán ya en nuestra sociedad para quitarse). Manu, una vez más dio una lección, la penúltima del gran capitán. Y a mí ni me sorprendió, y casi ni me inmuté, porque anotar el 63% de los puntos del equipo en un partido es algo que está a su alcance, y lo ha demostrado en tantos y tantos partidos.
Nuevamente apareció el Manu imparable..., esta vez bajo la lluvia. Y nuevamente es un honor y un placer entrenar a un jugador así. Cuántos hubieran querido sentarse en un banquillo como yo, relajarse y simplemente disfrutar del juego de este jugador tan listo. Y hoy, como tantas veces, el más listo de la clase.

Baloncesteando bajo la lluvia

Águilas Salesianos 39  Parque Bilbao 33
Hoy jugamos al descubierto. Y hoy está lloviendo...
Llegamos al campo lloviendo, calentamos lo justo, que no apetece mojarse. Y además, y más importante, no apetece correr riesgos. Comentamos que en el campo cubierto están jugando un partido de cadetes, y que quizá podría haberse jugado ese partido un poco antes para dar cabida al nuestro en ese campo cubierto. El entrenador local nos dice que el colegio no les permite adelantar la hora de las chicas, así que a nosotros nos toca jugar bajo la lluvia sí o sí.
Hay quejas por el campo, por la lluvia, y sobre todo, por el riesgo a lesionarse, lo que no apetece a nadie, y a los asalariados menos todavía. Porque hay gente que trabaja en nuestro equipo, la mayoría, porque a buen seguro hay trabajadores también en Águilas.
Podríamos debatir sobre la cuestión de si campo cubierto o campo descubierto, pero me da tanta pereza... Es un tema con el que me he llegado a hastiar, y sin que esté nuestro equipo de por medio, así que ahora que somos nosotros los que jugamos bajo la lluvia... Sí que me resultan curiosas, cuanto menos, las 'románticas' argumentaciones que vi reflejadas en cierto foro, en las que se decía que todos hemos jugado en campos descubiertos, y bajo la lluvia, por lo que qué sentido tiene ahora quejarse de jugar un partido federado en tales condiciones. También se decía que no todos tienen las mismas posibilidades que otros clubes para poder jugar bajo techo. Se añadía que si bien los equipos visitantes se quejan de las condiciones del campo, el club local juega y entrena ahí durante toda la temporada. Y se complementaba esta retahíla de argumentaciones con algo, a mi entender, más tajante si cabe. Que el jugar bajo lluvia en un campo descubierto no implica mayor riesgo de lesiones, puesto que se juega con más cuidado, teniendo mayor peligro un campo cubierto con una zona húmeda, a causa de goteras, por ejemplo.
Tras un considerable suspiro, aunque imperceptible para el lector, ya no sé muy bien si todos esos argumentos son perfectamente válidos; lo que si capto es un considerable esfuerzo por buscar razonamientos sensibleros que ayuden a mitificar tiempos pretéritos. Es decir, también yo jugué, y bastante bajo lluvia, también retransmitían dos cadenas tan sólo en las televisiones, no había móviles, ni metro, vestíamos de otra manera, usábamos zapatillas de tela para jugar a basket, etc., etc. ¿Acaso los defensores a ultranza de los campos descubiertos juegan a basket con zapatillas de ese tipo, pasan de las comodidades actuales, no compran camisetas de equipos nba, etc., etc.? ¿Por qué no?
Entiendo que el club Águilas, con tantos equipos no pueda permitirse el jugar a cubierto todos los partidos. Entiendo que sus equipos senior no puedan pagar un lugar donde jugar sus partidos a cubierto. Lo que no comprendo es porqué los demás equipos sí lo hacemos, por qué los demás sí podemos.
En ocasiones, cuando algunos han comentado que en Águilas padecen más las inclemencias meteorológicas, puesto que juegan allí toda la temporada, me han dado ganas de organizar una colecta para que no tengan que seguir jugando allí. Pero no creo que esa fuera una solución. De hecho recuerdo hace unas temporadas en que Colegio de Abogados ofreció pagarles un campo para su partido con ellos, y desde el equipo de Águilas se negaron. No sé si lo tomaron como una afrenta a su orgullo, o como una oportunidad para ganar a un equipo de veteranos que no querían mojarse.
Y, respecto a lo del riesgo de lesiones, sí puede ser. Si vas más despacio tienes menos opciones de lesionarte, aunque yo me he caído en suelos mojados a lento paso, pero claro que yo soy muy patoso. Si juegas lento, si no saltas por el rebote, si no defiendes para no caerte, si no cortas... O sea, si juegas a baloncesto al ritmo del caracol puede que no te lesiones. En cambio, si hay una gotera en el pabellón es lógico que la pises a gran velocidad por supuesto. Y por si no se ha entendido este ejemplo, y hay que explicarlo aún más, yo prefiero ir por una carretera donde tenga que aflojar la velocidad en un punto por algún problema del asfalto (llamémosle gotera del pabellón) que por una carretera en día de lluvia, en la que toda ella esté mojada (llamémosle jugar en campo descubierto). Y en ambos casos tendría que circular con precaución (riesgo de lesión), pero no compito contra la carretera (contra otro equipo) y se trata de llegar (no de ganar y de intentar jugar a baloncesto).
Seguramente estos contrazonamientos no sean suficientes para hacer pensar a los románticos del baloncesto antiguo que no pueden permitirse jugar en un lugar cubierto. Sí, los raros somos todos los demás que sí podemos.

domingo, 21 de abril de 2013

Trámite de partido

Parque Bilbao 30  Anbotopeko 60
Hoy ha sido un día de asueto. Lo comenzamos en Logroño, en el final de la gloriosa despedida que hemos brindado a Raúl y a Ivan, y lo hemos continuado en Bilbao, en el partido contra el primer clasificado. Y mi impresión al final del partido ha sido que el equipo visitante también se lo ha tomado como un trámite, como un encuentro que había que pasar y cuanto antes mejor. Y eso mismo ha pensado el anotador, quien ha considerado 'apropiado' que el encuentro dure apenas hora y diez minutos, incluído el descanso y los tiempos muertos. También él tenía prisa porque esto acabara cuanto antes.
 
Nuestra llegada al pabellón, nuestras caras y ánimos, no daban una imagen de que estuviéramos muy centrados en competir el partido, lo que por otra parte se antojaba muy difícil, siendo el rival el que era. En los primeros minutos la diferencia no era muy amplia, lo que quizá nos hizo creer, erróneamente, que estábamos jugando a un buen nivel. Sin embargo, mi somero análisis de nuestra intensidad defensiva, y sobre todo, la opinión que a posteriori me dio alguno de nuestros seguidores, que a buen seguro se encontraba más lúcido mentalmente que la mayoría de nosotros, me reafirmó en que más bien era Anbotopeko el que estaba jugando a medio gas, o casi.
Las pérdidas de balón, o las escasas lecturas de juego (¡estábamos para leer mucho esta tarde!) fueron determinantes. Es decir, que nuestro ataque no brilló, como en tantas ocasiones esta temporada, si bien tampoco fue indecente. Eso sí, la sensación defensiva con la que acabé el partido es que ésta fue un tanto 'fría'.

Acabamos el trámite, y nos fuimos a casa perdiendo 'únicamente' de 30, la mitad de la diferencia del partido de ida, y sin encajar esta vez 100 puntos. Y de esta manera tuve la impresión de que nos consolábamos, de que dábamos por bueno lo obtenido en esta tarde de domingo. A mí sin embargo no me pareció que anotar uno de los registros más bajos de la historia del club, o perder de 30 ante un equipo que ha venido a jugar prácticamente a medio gas, sea para sentirse tranquilo. 
 

domingo, 14 de abril de 2013

Descendidos

Parque Bilbao 43  Bidegintza Cespa Conten 61
Nos jugamos, todavía, el mantener la categoría. Convendría remontar el average del partido de ida, pero tan sólo ganar también puede servirnos. Ellos cuentan con seis jugadores únicamente, nosotros tenemos diez, más Adiran que ha venido a vernos. Y además sabemos cómo van a defendernos...
Así pues, mis ideas son claras, aunque puede que no las transmita con la suficiente perspicuidad, dado que sobre el campo se hace algo diferente de lo hablado en el banquillo. Por una parte se comenta qué hacer contra la defensa mixta que sabíamos que Bidegintza iba a plantearnos (aunque no la esperaba tan pronto), y por otro lado comenzamos defendiendo de manera más 'entusiasta', o así lo esperaba al no refugiarnos en una zona esta vez.
La defensa no nos ayuda demasiado, y nuestro ataque es un total desastre. No cumplimos las sencillas explicaciones dadas al inicio del encuentro, y ni tan siquiera desarrollamos las jugadas que ya sabemos (o se supone que deberíamos saber), que con un poco de perspectiva se me antoja que eran más que suficiente para vencer a una defensa que ya a estas alturas no resulta sorpresiva.
 
En ciertas fases del partido optamos por defender a Bidegintza con su misma defensa. Parto de la base de que defender así no significa necesariamente que sepan atacarla. Y más o menos resulta ser cierto, aunque ahí es cuando uno de nuestros jugadores se va 'tragando' una y otra vez los bloqueos de Bidegintza para facilitar el ataque de su jugador más peligroso, el número 11, y que sólo de vez en cuando sus compañeros van avisando.
Esta defensa que pretendemos no resulta sólida, en tanto en cuanto la falta de comunicación entre compañeros en los bloqueos, y la ausencia de cambios defensivos (que no habíamos trabajado en absoluto) hace que el jugador 11 siga recibiendo el balón, y la falta de intensidad sobre el otro de sus anotadores, el número 5, hace que juegue con más comodidad de lo aconsejable. Así pues, con Bidegintza basando su anotación en apenas dos jugadores, y con nuestro ataque en estado de shock, por mor principalmente de un equipo indisciplinado como tal, la diferencia en el marcador iba creciendo.
Al descanso, 19 puntos en contra, que fueron decisivos. Así mismo, una diferencia desfavorable en faltas de 13-8. Al final del partido, la diferencia fue de 18 puntos, y en faltas de 27-18, también desfavorable. Teniendo en cuenta la intensidad defensiva visitante, y sobre todo los contactos producidos que de ésta se derivaban, resulta sorprendente que según el árbitro hiciéramos nosotros más faltas que el equipo visitante. Me parece inaudito el arbitraje que 'sufrimos' nuevamente, y que para colmo nosotros debemos pagar económicamente, al ser el equipo local.

Con esta derrota se consuma, matemáticamente, nuestro descenso de categoría. Han sido muchos los problemas que hemos debido afrontar esta temporada, y pocas las soluciones prácticas y reales aportadas para subsanarlos.