domingo, 17 de febrero de 2013

De nuevo el mismo error, pero al revés

Parque Bilbao 50  Txiki Bilvending 62
Nuevamente perdemos el partido por un error táctico. Nuevamente por una defensa equivocada, aunque en esta ocasión el error ha sido el contrario que en los anteriores dos partidos. Donde el transcurso del encuentro requería determinado aspecto defensivo decidí que continuáramos defendiendo con un tipo de defensa que entonces ya no era aconsejable. Los partidos anteriores no opté por esa defensa y fue un error; ahora el fallo ha sido dejar supeditada nuestra suerte a una defensa que facilitaba la actuación de estos veteranos, que nuevamente nos volvieron a dar una lección. Aunque nuestra táctica defensiva fue el principal motivo de la derrota, no fue el único.
Porque la simple decisión de conformar un adecuado cinco inicial se me antojaba peliaguda, por mor de la 'masiva' ausencia a los entrenamientos. Con tan sólo tres jugadores en el equipo que habían acudido a entrenar con relativa asiduidad en las últimas semanas (e incluso meses), el cinco inicial ya no se debía basar en un concepto tan claro como son los méritos semanales, y pasaba a plantearme el plan 'B', o sea, quiénes de los que no acudían a los entrenamientos últimamente, al menos avisaban de su ausencia a los mismos. Y bajo esas 'mínimas' premisas conformé el cinco inicial, al margen de lo que el encuentro requería.
De inicio pensé que nosotros debíamos ganar el partido, sin esperar que el rival lo perdiera. Y esta intensidad nos dio una cierta ventaja inicial, mas desde el segundo cuarto el partido se mantuvo igualado y esa ventaja se mostró insuficiente.
Durante el partido traté de mantener mis prioridades sobre los méritos ganados en los entrenamientos, por delante de cualquier otra consideración. No considero que esto fuera un error, mas sí lo fue el leer muy mal la defensa que debíamos desarrollar en los últimos minutos de encuentro. No obstante, a poco que hubiéramos cumplido unas 'normales' condiciones de equipo; esto es, una asistencia regular de jugadores en los entrenamientos, debíamos haber ganado este partido sí o sí.
A pesar de la derrota, del mal sabor que deja, y especialmente con la repetición de algunas actitudes de jugadores a mi entender prescindibles, no pude menos que felicitar a una persona del equipo contrario que sigue a sus cincuenta y tantos jugando a esto, y además a un nivel bastante digno. Gran mérito el de este sempiterno Alfonso.

sábado, 16 de febrero de 2013

Hall of fame (3)

El día que cumple 55, igual cifra que la que consiguió en seúl 88, para batir el récord de puntos en un partido de unos juegos olímpicos; y tras haber recibido un reconocimiento más a su carrera, en esta ocasión la entrada directa en el Hall of Fame del baloncesto mundial, no sé si debo explicar aún por qué me hice fan de este bien llamado Mao Santa.
 
 Hall of Fame
 
Su historial es tan excelso que necesita bastante espacio en la wikipedia. Y por si algún despistado/a aún no lo conoce (a Oscar, no a la wikipedia), os adjunto el link.
 
Oscar Daniel Bezerra Schmidt, ahora, además, miembro del Hall of Fame.
 
En el homenaje en Valladolid
(Oscar es el de la izquierda)
 
 
 

viernes, 15 de febrero de 2013

Hall of fame (2)

El mejor tirador de todos los tiempos (como mínimo en el baloncesto FIBA), el máximo anotador de la historia del baloncesto, il capo canioneri italiano, en definitiva, mao santa (mal escrito por culpa de mi teclado) bien merece más de un artículo en este blog.
Algunas joyas más del andoba:

En Caserta
 

Concurso antológico
 

Hall of fame (1)

Alguien alguna vez me preguntó por qué era fan de Oscar, de un jugador brasileño, con la cantidad de buenos y excelsos jugadores que poblaban este país, este continente, e incluso la NBA. Bien es cierto que en esta competición americana seguía con devoción las actuaciones de unos cuantos jugadores, al igual que en Europa o en la liga española, mas en un momento que no alcanzo a recordar elegí a Oscar Bezerra Schmidt como el mejor jugador de basket; o al menos, como mi jugador preferido en este deporte. Y lo hice simplemente, supongo, por razones peregrinas que a quien conozca mi aspecto más friki no le van a suponer quebranto alguno. Y es que este señor que va a cumplir los 55 tacos, tenía ciertas semejanzas conmigo (o sería más apropiado decir que yo las tenía con él) respecto a lo que es la esencia del baloncesto. O sea, su obsesión por el tiro..., y su poca preocupación defensiva. Aunque el año que se dedicó también a este último aspecto del juego, no lo hizo mal del todo.
Compartíamos una gran dedicación al tiro. Eso sí, con auténtica modestia debo subrayar que su dedicación era algo más pronunciada que la mía, no en balde ha sido el mejor tirador de media y larga distancia que he visto nunca.
 
Mao Santa

sábado, 9 de febrero de 2013

Cuando muchos hablan y pocos escuchan (2)

S.D. Zamudio 76  Parque Bilbao 60
En el artículo anterior he analizado lo que fue este partido en sí, sin comentar prácticamente nada de su transcurso. Ahora seré un poco más específico.
Tratamos de competir con tan sólo seis jugadores, nuevamente, contra el segundo clasificado y en su campo. Ganamos dos de los cuatro períodos, hicimos en ataque un juego más libre que otra cosa, aunque con buenos resultados en ocasiones, en muchas ocasiones. En definitiva, que competimos, que luchamos, que volvimos a tener, nuevamente, la sensación de que con más cambios en el banquillo podíamos haber hecho más. Son ya demasiados partidos con esas sensaciones. Me resulta difícil de asimilar que seamos un equipo que no cuente con gente en los entrenamientos, pero tampoco en los partidos.
Aunque también hay aspectos negativos, situaciones que significaron la derrota, y que no debemos olvidar por si volvemos a jugar en este campo, o por si simplemente queremos ganar más, además de únicamente competir. Al comenzar especulé con el previsible sistema defensivo de Zamudio, y di instrucciones claras para superarlo. En este punto no pareció captarse el mensaje, porque ahí se produjo un lastre que se reflejó negativamente en el marcador. Y además de no ejecutar adecuadamente las instrucciones previas, lo empeoramos tratando de realizar gestos técnicos a una velocidad que no era la más acorde al equipo que teníamos en cancha en esos momentos. Ello sumado a mi error garrafal en el sistema defensivo elegido, y a la poca concentración en cancha de este aspecto del juego, hizo que llegáramos 17 abajo al final del primer cuarto.
Hago un inciso aquí para comentar un error, ya a todas luces injustificable, que es el que he cometido en los dos últimos partidos, donde elijo el sistema defensivo en función de nuestra supuesta capacidad, y no de lo que el equipo contrario, y por ende el sentido común me sugiere. Es decir, defendimos de cierta manera no porque creyera que era lo más adecuado contra dicho rival, si no porque veía pocos jugadores en nuestro equipo. Pensando los parciales encajados, y que estos fueron en el segundo cuarto en Basauri, y en el primero en Zamudio, se me antoja no ya que he tropezado con la misma piedra, si no que he tratado de tirármela encima.
 
Desde el segundo cuarto, y obviando la diferencia en contra, el partido se iguala. Desde entonces suceden muchas cosas, la mayoría con mucha velocidad. Atacamos rápido, con pases largos, con buenos pases, con muchas pérdidas, alguna vez hacemos las jugadas, ninguna la transición explicada al comienzo, transmitimos nuestras soluciones en los tiempos muertos e intervalos de juego, aunque rara vez se cumplen, seguimos sin hacer los sistemas en los saques, hay acierto en el tiro, malas decisiones en 1 x 1, pocos bloqueos, luchamos, recibimos hostias, los árbitros siguen mostrando su ineficacia, o quizá su inapetencia por arbitrar bien (sí, también yo como entrenador demuestro esto cada fin de semana, aunque la diferencia notoria es que yo no cobro sus honorarios en cada partido), uno de ellos vuelve a deleitarnos con un comentario para mi entender ridículo, seguimos corriendo, peleando en ataque... Y seguimos sin defender. No lo hace el equipo local, que no es precisamente segundo de la clasificación por su excelsa defensa (no confundir defender con dar hostias, claro), y tampoco nosotros. Si bien es cierto que el sistema defensivo no es el adecuado, tampoco son los ajustes, o más bien desajustes que hacemos continuamente. Nuevamente me equivoco en la defensa, y otra vez nos meten más de 70 puntos.
Al finalizar el partido, Iban se va a la clínica a que le den dos puntos en una ceja por un golpe recibido al comienzo del partido, en una de esas acciones que los árbitros no vieron. Claro, en este partido hubo mucha gente hablando y poca escuchando.

Cuando muchos hablan y pocos escuchan (1)

S.D. Zamudio 76  Parque Bilbao 60
Por respeto a los que integran el equipo, a sus opiniones, a la implicación que éstas dejan entrever, al enriquecimiento que, sobre todo tácticamente, pudieran proporcionarnos, permito que tiempos muertos e intervalos entre cuartos se conviertan en 'buzones de sugerencias' con dudoso contenido práctico, no por los mensajes en sí (aunque alguno incluso resulte contradictorio) si no porque en este equipo la capacidad de asimilación de tanta información no se me antoja viable, y máxime cuando mi percepción del entorno es que estamos más predispuestos a enseñar nuestras indicaciones que a escuchar las de los demás; o dicho de manera menos florida, a hablar más que a escuchar.
Esta arenga sobre la comunicación baloncestística no trata de aludir a lo antedicho como única causa de la derrota, por supuesto, aunque si la explica en parte.
 
Pero para no aturullarme, al igual que durante el partido, comenzaré por el principio. Mas, tranquilos, no por el comienzo de los tiempos, la época del Big Bang o de Adán y Eva, según sus preferencias religioso-intelectuales. Me retrotraeré a un punto más cercano, al comienzo del partido objeto de esta crónica-relato. O mejor aún, si se me permite, y si no es así me es indiferente, a los precedentes que tenemos con Zamudio en su campo; a las dos últimas temporadas. Porque recordando estos encuentros pretéritos podré subrayar mi estupidez, a la par que nuestra incapacidad para aprender de nuestros errores.
Así por ejemplo, en el primer partido de la pasada temporada, en Zamudio, con bastante banquillo, con unos cuantos del equipo de 2ª, con ritmo, les causamos muchos problemas. Eso sí, encajamos 80 puntos, con un sistema defensivo que no era el óptimo. Dos temporadas atrás, encajamos nuevamente una burrada de puntos. Nuestro sistema defensivo, el mismo; nuestro ataque en cambio, peor. En el primer cuarto nos sacaron 14 puntos de diferencia (23-9), lo que fue el comienzo de la derrota. Además, en el último cuarto el equipo local no cejó en su empeño de ganarnos de paliza, quizá como venganza del partido de ida en que les habíamos ganado de casi 30 de diferencia; y tampoco cejó en cuanto a darnos hostias.
Y así podría seguir analizando partidos de temporadas anteriores, aunque creo que a simple vista los que estuvieron en el partido de este fin de semana, atestiguaron varios hechos coincidentes, y por ello podrían determinar varias conclusiones. A saber, que nuestro sistema defensivo habitual no evita que nos inflen a puntos en Zamudio; que para ganarles con esa defensa hay que mantener un ritmo muy alto de juego y tener acierto en el tiro; que nos van a dar hostias sí o sí; y que en el primer cuarto sobre todo no podemos permitirnos salir al campo con una intensidad defensiva mínima y con una dudosa tensión en ataque.

sábado, 2 de febrero de 2013

Un parcial de escándalo

Colegio Basauri 75  Parque Bilbao 62
Increíble, inaudito, asombroso, inimaginable, impensable, insospechado. Todo ello, y más, califica el segundo cuarto del partido. Encajar 35 de los 75 puntos en tan sólo 10 minutos es inadmisible, inconcebible. Y muy dolorosa resulta la explicación. Y así debe ser, porque no podemos obviar tamaño desastre en un cuarto.
Cuando tropezar en la misma piedra es tan doloroso, habría que plantearse si el error está en el calzado del caminante, o en la poca visión de éste. Así, cuando en aquel partido de la primera vuelta contra este equipo, estuve viendo desde 'la grada' algún posible error táctico que habíamos cometido, alguna situación que podíamos haber transformado favorablemente, desconocía que unos meses después, y estando yo en el banquillo, cometería un error similar. Parecido, pero con mucha mayor significación en el resultado final del partido. Si entonces comenzamos nuestra derrota con un parcial muy desfavorable en el primer cuarto, esta vez ha sido en el segundo. Y menudo parcial, porque no recuerdo haber encajado nunca un 35-7. Ni tan siquiera el último cuarto contra Anbotopeko, donde al menos anotamos más.
El primer cuarto comenzó con un 'sospechoso' parcial de 19-20. Si bien nuestro ataque comenzaba de manera insospechada, era la defensa lo que me debía haber puesto sobre aviso, porque en el momento en que ellos mejoraran ciertos aspectos, que parecía lógico pensar que lo harían, nuestra defensa podría enterrarnos en aquel pabellón. Y así fue en el segundo período.
Asombroso fue su ataque en ese cuarto. Para mí el mejor que he visto este año al margen de Anbotopeko. Mas también resultó inaudita mi confianza en que podríamos realizar una excelente defensa (a un nivel que apenas habíamos realizado en toda la temporada) para atascar ese ataque, y sin cambiar el sistema defensivo. Inconcebible. Otro tema fue nuestro ataque, donde errores 'típicos' de esta temporada (en los que tienen mucho que ver la falta de entrenamientos) afloraron de manera inmisericorde.
Tras un cuarto así, en el que el equipo local las metía increíblemente de todos los colores, el partido estaba prácticamente sentenciado. Y aúnque así fue, durante la segunda mitad dimos una muy mejor imagen, ganando esos períodos, y dejando la diferencia final más reducida. Si alguna lectura positiva se puede extraer del encuentro es que con tan sólo siete jugadores disponibles (de nuevo afrontamos un partido en precarias condiciones), hemos competido y ganado tres de los cuartos. Es esperanzador para próximos partidos en que estemos más gente para jugar..., si es que eso llega a ocurrir alguna vez.