Ha comenzado un nuevo año. ¿Nuevos objetivos, proyectos ilusionantes, propósitos de enmienda? No, nada de eso. Es más, baloncestísticamente hablando, a Parque se le presenta un año incierto, con malas perspectivas. Así que no hay motivos para el optimismo. Y si a eso se le suma que, como ya viene siendo 'tradición' (tan arraigada ya como la canción del almendro, la lotería, o el turrón que todos los años nos regalan y que no le gusta a nadie), durante la época navideña no entrena ni txus en este equipo, resulta disparatado creer en la victoria en el primer partido tras la vuelta de las vacaciones...
Mas como de disparates se enorgullece este club, sí se ganó, sí se consiguió empezar con victoria. Y volvió a ser posible anotando menos de 50 puntos; otro disparate más.
Sin embargo el rédito de este triunfo resulta demasiado elevado. La posible rotura de menisco de Ibon es un precio que se podía haber obviado, una factura considerable ejecutada en un día 13 de un año 13.
La victoria se cimentó en una gran defensa grupal, donde todos aportaron, y en un ataque donde se notaron los puntos de un trío que, cuando anota repercute positivamente en el equipo. Y especialmente, el gran capitán, que con otra gran actuación nos ayudó a resolver los ataques, nos ayudó nuevamente a ganar partidos, como viene haciendo durante los últimos muchos, muchos años.
Todo el partido fue igualado, y al descanso ganábamos de tan sólo un punto. Aunque la mayor preocupación entonces era la lesión de Ibon, a quien llevaron a la clínica tras comprobar cómo su rodilla se doblaba en un gesto muy desafortunado.
En la segunda parte tocó concentrarse para dedicarle un triunfo, y por ende el vídeo que cierra esta entrada del blog. Fue posible desde la defensa, fue posible desde la concentración en momentos importantes, fue posible no haciendo lo que no está a nuestro alcance y sí lo que sabemos en ataque, fue posible contraatacando en minutos finales (ver para creer).
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