Nuevamente perdemos el partido por un error táctico. Nuevamente por una defensa equivocada, aunque en esta ocasión el error ha sido el contrario que en los anteriores dos partidos. Donde el transcurso del encuentro requería determinado aspecto defensivo decidí que continuáramos defendiendo con un tipo de defensa que entonces ya no era aconsejable. Los partidos anteriores no opté por esa defensa y fue un error; ahora el fallo ha sido dejar supeditada nuestra suerte a una defensa que facilitaba la actuación de estos veteranos, que nuevamente nos volvieron a dar una lección. Aunque nuestra táctica defensiva fue el principal motivo de la derrota, no fue el único.
Porque la simple decisión de conformar un adecuado cinco inicial se me antojaba peliaguda, por mor de la 'masiva' ausencia a los entrenamientos. Con tan sólo tres jugadores en el equipo que habían acudido a entrenar con relativa asiduidad en las últimas semanas (e incluso meses), el cinco inicial ya no se debía basar en un concepto tan claro como son los méritos semanales, y pasaba a plantearme el plan 'B', o sea, quiénes de los que no acudían a los entrenamientos últimamente, al menos avisaban de su ausencia a los mismos. Y bajo esas 'mínimas' premisas conformé el cinco inicial, al margen de lo que el encuentro requería.
De inicio pensé que nosotros debíamos ganar el partido, sin esperar que el rival lo perdiera. Y esta intensidad nos dio una cierta ventaja inicial, mas desde el segundo cuarto el partido se mantuvo igualado y esa ventaja se mostró insuficiente.
Durante el partido traté de mantener mis prioridades sobre los méritos ganados en los entrenamientos, por delante de cualquier otra consideración. No considero que esto fuera un error, mas sí lo fue el leer muy mal la defensa que debíamos desarrollar en los últimos minutos de encuentro. No obstante, a poco que hubiéramos cumplido unas 'normales' condiciones de equipo; esto es, una asistencia regular de jugadores en los entrenamientos, debíamos haber ganado este partido sí o sí.
A pesar de la derrota, del mal sabor que deja, y especialmente con la repetición de algunas actitudes de jugadores a mi entender prescindibles, no pude menos que felicitar a una persona del equipo contrario que sigue a sus cincuenta y tantos jugando a esto, y además a un nivel bastante digno. Gran mérito el de este sempiterno Alfonso.