sábado, 15 de diciembre de 2012

Perdiendo entre amigos

Bidegintza 71  Parque Bilbao 52
Nunca una derrota fue tan bien consolada como ésta. Aunque también, pocas veces resultó tan públicamente vergonzosa. Jugar un partido con tantos amigos en las gradas causó tal dualidad: el consuelo y la vergüenza.
En Zalla se encontraban Jose, uno de los mejores que han pasado por el club, con su familia, Iban, uno de nuestros exentrenadores, al igual que Jon como entrenador del equipo local. Y más amigos en la grada dispuestos a presenciar el partido en que Bidegintza recogió los frutos de algo llamado entrenamiento. Tres días semanales entrenando, con ritmo, con un entrenador con cabeza, no contaban con su lógica transferencia en la clasificación, donde no habían ganado aún un partido.
Y tuvo que ser contra nosotros, contra un equipo que hoy tampoco ofreció buen nivel, que no defendió situaciones que no representaban tan alto grado de complejidad, que no atacó con inteligencia y sí más bien con cierta vagancia en determinadas situaciones que planteaba Bidegintza. Un equipo en el que no aportaron todos, a diferencia de lo ocurrido en la victoria anterior en Sopelana. Un equipo que no se sobrepuso a los 15 puntos de desventaja con que llegamos al descanso.
Al finalizar el partido sentí cierta vergüenza por la imagen que habíamos podido dar a toda esa gente en la grada, pero especialmente por lo que vieron nuestros amigos. Al menos me quedó el consuelo de que la victoria se la había llevado otro amigo.
 

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