Hubo algún amago de apuesta con gente de Ugeraga respecto al momento en que volvería a entrenar a Parque. Era una simple broma, pero en las últimas semanas veía que acabaría sucediendo, que volvería a entrenar en este club. No porque fuera una buena solución para nosotros, desde luego. Sin embargo la decisión viene tomada por una reflexión, o varias en realidad, sobre la conveniencia de que algunos no se lleven el 'marrón' de ciertas situaciones, a que no tengan que `pringar`los mismos, y a tratar de mejorar una imagen, que a mi parecer, y al de algunos también, no era la más adecuada.
Fruto de estas reflexiones, y de la nueva perspectiva que me otorga ver los partidos desde el otro lado de la cancha, algunas ideas considero que deben establecerse desde el primer momento, y ser consecuente con ellas. Otra cosa será mi capacidad para no meter la pata en demasía, lo que a buen seguro sucederá.
Y de hecho no ha sido necesario esperar mucho. Tras una primera parte más que aceptable, en la que Iker nos mantenía competitivos gracias a su aportación ofensiva, en la segunda mi concentración y capacidad para resolver situaciones ha sido bastante pobre. Con un parcial devastador en estos dos últimos cuartos, Muskiz nos ha pasado por encima, y las buenas sensaciones iniciales se han transformado para mí en un recuerdo desagradable de una época anterior como entrenador.
Parece inexplicable el cambio tan radical de nuestro juego de una parte a la otra. Y también resulta difícil de explicar nuestro paupérrimo porcentaje en tiros libres.
Acabado el partido mis sensaciones son negativas. De momento volver a entrenar sólo ha servido para volver a perder
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